Os comparto sin pretensión ninguna que el mero hecho de compartir -por si sirve, sino tirarlo a la papelera- una reflexión que me brotó en marzo de 2020, cuando el papa Francisco convocó el sínodo de la SINODALIDAD. Creo que el proceso sinodal en el que estamos involucrados es el evento más importante después del Concilio Vaticano II. Todos Uno, Todos distintos. Seguimos caminando juntos y unidos como pueblo de Dios, desde la diversidad de carismas y ministerios.