La razón a la que formulo esta inquietud, es que casi siempre para no dar el 100% del valor, compramos por impulso o por la simple necesidad de satisfacer la emoción que nos produce tener algo nuevo.
Lo cierto del caso es, que muchas de las cosas que se compran diariamente, no son necesarias para ese momento, no son urgentes o simplemente no son útiles.
Entonces, cuando hago un stop y resuelvo la pregunta en cuestión, es posible que mi razón gane a la emoción y tramite un análisis ante la situación, lo cual nos puede permitir tomar una decisión e incluso concluir en no generar esta compra, la cual quizá no era necesaria.