En muchas ocasiones estamos totalmente obsesionados con los resultados de lo que estamos haciendo, pues "nos han dicho" que ese es el sentido de la vida, hacer y que lo que hacemos obtenga el resultado deseado. Y entonces siempre tenemos la puerta abierta a la ansiedad, siempre con la posibilidad de que no se concrete lo que deseamos. Un miedo terrible a una serie de consecuencias de no lograr por lo que tanto no esforzamos; no conformes con eso, lo queremos para Ya!
Al vivir con este sentido de prisa los seres humanos sacrificamos la calidad de nuestra vida; no paladeamos el proceso y no obtenemos el verdadero beneficio del "hacer" que es poner la atención en el potencial ejecutándose al ser, esto es, toda meta se logra echando a andar la maquinaría de tu potencial humano, pero el estar deslumbrados por el resultado no nos percatamos del placer de esos procesos, perdemos este tesoro, el verdadero obsequio de la vida la experiencia de Ser al hacer lo que hago.
Y desde luego la toma de decisiones es un factor más que sumar ya que si tomamos decisiones desde este miedo, el miedo de que no suceda lo que deseo, el miedo a que no suceda en mis tiempos, el miedo a que la vida cambie o que el resultado no sea lo que he deseado, el miedo siendo combustible de ansiedad en la toma de decisiones y como resultado bien arrepentidos o enojados con nosotros mismos por nuestra toma de decisiones tomadas.
Alto! Tómate un momento, toma un respiro, confía en ti, confía en la vida y en que siempre esta sucediendo lo mejor, para el desarrollo de tu consciencia y decide sin miedo, decide siendo fiel a tus anhelos y escucha tu ritmo, tu tempo donde la decisión te reporte paz.